Algunos hechos tienen que contarse con la más desagradable realidad, sin tapujos y sin filtros, este libro es un claro ejemplo. Olga Lengyel, no fue enviada a un campo de exterminio, a diferencia de muchos otros que conocÃa y amaba, sin embargo, estaba lejos de ser algo bueno para cualquiera que tuviera el infortunio de llegar Birkenau.